Zamora, capital de la provincia del mismo nombre, es ciudad castellana ubicada a pocos kilómetros con la frontera de Portugal. Situada a 600 metros sobre el nivel del mar, la urbe se asoma a la orilla del Duero, ciudad que le dio origen cuando el transporte fluvial era básico en el transporte de mercancías.
Con unos 70.000 habitantes, en medio de una provincia de decaída demografía, el viajero que recorre las calles de Zamora experimenta una sensación ambivalente. Si bien se observa cierta decadencia ambiental, llama poderosamente la atención el magnífico arte que aún conserva, con el conjunto de edificios románicos más numeroso de la Península Ibérica, y uno de los más destacados de Europa. Este patrimonio consta, además de la Catedral, de otras veinticuatro iglesias, un castillo, murallas, un puente, dos palacios y nueve casas; en ello está la razón por la cual Zamora está considerada «la ciudad del Románico».
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